Érase una vez , a orillas de un lago púrpura tan profundo que no tenía fondo, un caballero se fijó en una doncella con una larga cabellera dorada que paseaba descalza por la arena, la dama escuchó el dulce cantar del caballero al compás de una guitarra que él mismo estaba tocando.El caprichoso destino había de cruzar sus caminos.
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