Todo se vuelve a repetir.

Sentir, sentir como todo se derrumba, como tu vida se desploma poco a poco, como desapareces entre la multitud sin que apenas una milésima parte de alguien se de cuenta, sentir odio tan fuerte que hasta a ti mismo te hace daño, y siempre duele más cuando ese odio es a ti mismo.

Ganas, ganas de marcharse, de tirar la toalla, de dejarlo todo escapar, de no volver a mirar adelante, ganas de dejar este mundo e ir a algún sitio dónde no exista el dolor, donde haya alguien que te quiera, pero que te quiera de verdad, no como los te quieros de de esta vida.

No poder, no poder confiar en nadie, no poder caer sin la certeza de que tendrás a alguien ahí para ayudarte a levantar, no poder dejar de reprimirte tus errores, no poder dejar de pensar en la mierda de vida que tienes, no poder pensar en alguien y sonreír, no poder encontrar a alguien que crea en ti, no poder apenas tener el apoyo de los que más quieres.

Cuando todo esto se junta, saca lo peor de cada uno, y ahora, no sé como debo actuar, no sé como debo de mantener la coherencia para no hacer algo de lo que me pueda arrepentir.